Un monstruoso tornado de casi 2 kilómetros de diámetro con vientos de hasta 320 kilómetros por hora dejó al menos 51 muertos al cruzar ayer los suburbios de Oklahoma City, dejando en ruinas vecindarios enteros y dando un golpe directo a una escuela de primaria.
Empleados de dos hospitales indicaron que están atendiendo por lo menos 60 personas, incluyendo más de una decena de niños. Al menos 10 están en condición crítica.
Calle tras calle de la comunidad estaba en ruinas, con montones de escombros acumulados donde antes había viviendas. Había automóviles y camiones abollados en el camino.
En un vídeo de la tormenta, se puede ver el oscuro embudo de nubes avanzando lentamente por el verde paisaje.
Mientras el remolino recorre la comunidad, dispersa por todas las calles trozos de madera, material aislante, toldos, tejas y cristales. Voluntarios y socorristas se apresuraron a peinar los escombros y fierros retorcidos en busca de sobrevivientes.
El capitán de la Policia de Oklahoma City, Dexter Nelson, indicó que el tendido eléctrico derribado y gasoductos abiertos representaban una amenaza tras el paso del tornado.
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